«Creo en la resurrección de la carne», fue la catequesis del Papa en su audiencia general. La resurrección de Cristo anticipa lo que sucederá al final de los tiempos y en cierto sentido, con Él ya hemos resucitado. Tenemos una semilla de resurrección, un destello de eternidad, que hace siempre toda vida humana digna de respeto y de amor. Que todos demos testimonio alegre de esa condición de vida eterna hacia la que caminamos. Ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa dirigió un llamamiento por las religiosas secuestradas en Siria, en el Monasterio greco ortodoxo de Santa Tecla en Maalula y por todos los secuestrados a causa del conflicto. ¡Sigamos rezando y trabajando por la paz!
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