miércoles, 27 de noviembre de 2013

"The Roman Knight, Marcvs. History & Desings" (Marcos Andrés Barros Ketterer). Diseño: Parádigma erigido en la conciencia...

Parádigma erigido en la conciencia
Parábolas de roca sobre planos cartesianos de fabulosas palabras cautivas de cautivantes perfumes de hipérboles de las dejaciones violentas del pasado, las carencias de la procuración de bienestares de los monarcas a sus pueblos, y de los hijos de esto sus padres, empedrados adoquinados basálticos, magmas de  de Xibalbas de Mictlán, de cenotes acuosos de jades de serpientes emplumadas, de dragones de oriente con ojos de záfiros, sikuris de melodias andinas de punas del Tiawanaku, donde los jaguares de las selvas se vuelven panteras enegrecidas y de ojos verdes, los helechos crecen en los suelos al igual que las orquídeas, y de enormes colmillos las bestias revisten sus fauces para devorar a los pequeños animalejos entre las malezas, sol de docientos años y de entrecejos voluptuosos como los senos de las diosas que que dan miel en lactancias a sus primogenitos, vías lacteas de múltiples estrellas donde el cosmos se llena de virtudes lejanas y refulgentes, paráfrasis indulgente y prodigiosa, longitudinal, meridional, de ecuadores y trópicos, de articos y antarticos, de hielos eternos como los de las montanas, y de lenguas frías como las de los glaciares, terminados en campos de hielos y de torres en Paine, ovejas croatas y yaganes, orejas cortadas, ligamentos teñidos en rojo, pulgares de esclavos, vendimias de uvas en y mostos en Maule, y en Talca palacios e iglesias, pordioseros y mendigos, sagrados corazones, bendito seas Dios en las alturas por prodigio hermeneútico de la tartesia maldición del oro, y de la guadalupana, de la Lourdes, y la del Carmen, sea virgen, consideración de los altares de las capillas, y de niños en brazos regocijados en gloria y majestad divina, propensos a la filosofía y la metáfora, modesta, y vana en ciertas horas cuando se reunen los fariseos, y los maniqueos de agustines romanos, del lirio, del oro, del nénufar, de la gloria pasajera que marchitará en brazos de otros, regazos ignotos y dolores futuros, amargos y benditos, coloquios adormilados y conversasiones mediocres, inconsistencias, falta de coherencias, y vehemencia vencida, conocida la tormenta el tifón y el huracán en turquesa, de aguas pristinas y claras de paralepipédicas construciones levantas en cemento, cantatas de primaveras, alergías, plátanos de oriente, higos y manzanos, palmeras, y de sus hojas en suelo en burro montado entrando en portales, altares solitarios cruces, crucifijos, iconos e imagenes, vitrales de colores, arcos de medio punto, y techos de cuadros y de arquitrabe, y sin torres campanarias y sin espadañas donde albergar el tintineo de las campanadas, melodiosas las voces de los coros, beligerantes y escurridizas entre los aires hacía timpanos de oídos entre los hablantes de la muchedumbre en bancos sentados, y los cánticos eucarísticos de la comulgación y el vino tomado por el sacerdote oficiante, tomado de la mano de los acólitos y tres campanadas, de cingulos enudados en cintura y de casullas, de túnicas y estolas el con símbolo de Cristo.
Marcos Andrés Barros Ketterer (Marcvs Ivlivs Nerva Avgvstvs I).

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