Pertrechos de Tartessos, oros de Miletos, Biblias de Tesalónica, textos Alejandrinos, golpeo golpeo, Pantocrator dame la fuerza, los sievos de María nunca han de perecer ante el enemigo, la iglesia se ama, o se odia, el dogma resplance, el canón se dobla, el temple es grande, la fortaleza se construye, el parlamente es un discurso de retórica, de pregunta cavilada, y el desprecio de la Luxemburga codicia, del ducado de la avaricia, del despilfarro, de la amarga y ocre pandereta de sosegados, peligros de la rosa blanca, de la roja el sueño de una noche, y de las mil que dios a de saber si la templanza de la coraza ardiente en cenizas de fénix a creado la plenipotenciaria, la benebolencia de la cortejada astucia de los sabios frestones, de los molinos de viento con telas de osnaburgo, las lanzas oxidadas, los gigante desenfocados de la luz arrogante de mis bifocales, cortezanos agitados, jarrones de arcilla en vinagres y mandragoras obsecadas por anestecia, antropofagía de la inercia de la tartufa moleriana, el otelo de la shakespeariana, y la mano que a perdido Saavedra peleando en Lepanto, que mi pluma guíe mi llanto, mi cantar de espanto, mi olvido del atavío negro, de la franquicia y el estanco, aunque de tábacos portalianos no se tratasé, y el pseudónimo de mi Ajaccio persepolitano megalítico en la Persia hiciesé la despiadada acción de la controvertida deshonra, el frestón, es el frestón, el maléfico adagio de Faetón en una carroza dorada, coronado del sol, y la cuádriga sin auriga, en un hipódromo de hormigas, panderos de faunos y sátiros, ovejas y caprinos, aquelarres de medianoche, paradojas y enigmas, paradigmas de lo ignoto, el estruendo de los cigotos golpeando a los óvulos, de los amantes, los himeneos de las mil y una noches, Sherezades princesas, castillos, Bagdades, Kraks des Chevaliers, cruzadas, principados, dormidos en el pasado, y descendencias después, concepción de la mármorea, arenisca, peristilo y gloria.
Marcos Andrés Barros Ketterer (Marcvs Ivlivs Nerva Avgvstvs I).
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