Escudos pintados amarillos y ocres con leones rojos rugiendo, espadas de acero los portadores blandiendo, estandartes y oriflamas flameando, caminando, marchando, y los caballeros galopando, el valle tiñiendo de escarlata y carmesíes, y el azul de la Francia retrocediendo, Reims y Paris ya se han perdido, y el Delfín malherido a caído, flechas galesas sobre mi han caído, una de ellas a dado en mi hombro, con mis fuerzas he defendido a al rey, pero el a muerto en un instante. El brillo del záfiro se ha opacado y su color índigo se ha vuelto rojo rubí. La nieve ha caído, ha llegado el invierno. Los cristales de agua cayendo del cielo, la sombra del rey por el castillo va gimiendo, por el oro de su corona han repartido entre los ganadores, después del combate los nobles ingleses resueltos y envueltos en honores, y nosotros los señores fieles a Francia alrededor del sarcófago de nuestro gobernante fallecido.
Marcos Andrés Barros Ketterer
No hay comentarios:
Publicar un comentario