La esfinge alada y mística.
Yo soy la esfinge alada, soy maestra de los enigmas, los misterios, las adivinanzas, las paradojas, y los acértijos, conocedme por mi zarpa, y por mi aliento de la muerte, por que he devorado a todo aquel que no ha contestado a mis preguntas, vuelo a todas partes, de vez en cuando descanso en cruce de caminos o a la entrada de las ciudades, pregunto a los paseantes, y si cavilan ellos, y hierran o equivocan en su respuesta los engullo. En egipto me llamaban Tutú. Sólo un día perdí el rumbo y caí al abismo eterno si poder volver a volar, fue cuando Edipo el Tebano resolvío uno de mis acértijos, y entro a Tebas triunfante, pero después de muchos años Edipo se cegó con las cuñas de la escritura por haber cometido incesto con su madre Yocasta, y haber asesinado a su padre el rey Layo, y por ser padre de Antígona quién lo acompañaría en su exilio de la ciudad que gobernaba como rey, todo lo que el oráculo de Apolo le había augurado a él se le hizo realidad. Y hasta hoy seguía cayendo en un abismo sin fondo azotada por mis dudas, y de momento que recorde que poseía las alas de enorme envergadura y volví a planear hacía el horizonte, y volví a devorar a los hombre, a ser enigmática, misteriosa, y mi zarpa fuerte al desgarrar la carne de mis enemigos.
Marcos Andrés Barros Ketterer
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